La primera marcha nos pareció temeraria. Era una experiencia inédita. No sabíamos lo que nos aguardaba. Pero había que hacerla. El miedo es precisamente eso, el sobresalto que produce lo desconocido; el valor, vencer ese sobresalto y emprender lo que se debe. Lo hicimos. Y así se abrió un camino que hoy lleva más de siete años desandándose.
Las que lo inauguramos fuimos: Laura Pollán, Loida Valdés, Dolia Leal, Gisela Sánchez y su cuñada Vilma Portales, Mireya Pentón, Marcela Sánchez, Caridad Noa y la madre de su esposo Felicia Espinosa, Bárbara Rojo, Margarita Borges, Berta Soler, Matilde Jerez, Isabel Ramos, María Elena Alpízar y yo (Yolanda Huerga).
Hoy me alegro de haber estado entre ellas y lamento no estarlo aún. Con ellas aprendí que la sangre corre más ligera por las venas cuando se anda acompañado de mujeres que representan la verdad, la justicia y el amor.
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