En la foto, Sara Marta atacando con su cuello a la débil militar y amenzando con propinarle un rostrazo a la karateca que tiene en frente.
La Dama de Apoyo a las Damas de Blanco, Sara Marta Fonseca Quevedo, tuvo este sábado 10 de abril un amanecer aciago.
Eran las nueve de la mañana cuando unos trescientos rángeres de la cabilla liderados por la policía política cubana asaltaron su casa.
Los bravíos soldados de los palos y los cables, rompieron de un hachazo el candado de la verja. Entraron enardecidos al portal y despegaron, destrozaron y quemaron los carteles y las pegatinas que había en las paredes.
Vociferantes y huraño abrieron las ventanas y rociaron con gases e insecticidas hacia el interior. Un grupo subió al techo de la casa y se lanzó al patio de los vecinos para amedrentarlos porque querían ayudar a quienes se hallaban acosados dentro de la residencia.
En ese momento, en el interior de la vivienda se encontraban también Marta Quevedo Vázquez, Ignacio León Fonseca e Ignacio León Pérez quienes debieron cuidarse de los empujones y golpes que les propinaba la turba.
A Sara Martha le arrancaron de los brazos una bandera cubana que hacía ondear mientras eran agredidos y le atomizaron en los ojos un gas que le ha producido enrojecimiento y alergia.
Mientras se desarrollaba el heroico asalto de los rángers de la cabilla, algunos vecinos respondieron a la invasión lanzándoles piedras desde sus vivienda y, una vez concluida la batalla, llegaron hasta donde Sara Marta y sus familiares para brindarles su solidaridad. Parece haber comenzado la gloriosa respuesta del gobierno cubano a quienes tuvieron la osadía de marchar junto a las Damas de Blanco conmemorando el séptimo aniversario de La Primavera Negra.
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